La Masonería, una escuela de evolución espiritual
Ninguna verdadera escuela espiritual puede explicarse a sí misma en pocas palabras ni sin recurrir a la experiencia vital. La Masonería se manifiesta de múltiples maneras, y existen muy pocas vías que realmente permiten avanzar en la comprensión de lo que es y de lo que "pretende". A menudo, las herramientas que utiliza están medianamente definidas en Internet, dispersas en cientos de páginas que intentan ofrecer conceptos y enfoques diversos sobre su misión ante la humanidad.
Incluso para muchos masones, la realidad de lo que se puede lograr dentro de esta tradición no siempre es comprensible, ya que ha sido distorsionada por una gran cantidad de mitos y malentendidos: desde interpretaciones superficiales y reduccionistas hasta asociaciones erróneas con ideologías políticas o grupos sociales. La verdad, sin embargo, es muy diferente: la Masonería es una escuela de evolución que ofrece al adepto un proceso de reestructuración de su vida interior.
Los grados masónicos están diseñados para entrenar al individuo, permitiéndole adentrarse paulatinamente en las enseñanzas de la Orden Masónica. Estas enseñanzas, como hemos mencionado, están veladas con claves que no son accesibles a quienes no son masones. El objetivo fundamental de la Masonería es encontrar y vivir el encuentro con nuestro ser interior más profundo, lo cual conduce al equilibrio, a la paz y a la unidad con el Todo, independientemente del concepto personal que cada uno tenga sobre ello.
Es importante señalar que muchas de las experiencias que se producen durante este descubrimiento íntimo son vivencias tan profundas que las palabras nunca serán suficientes para definir lo que ocurre en ese camino. Por ello, se utilizan alegorías y se ocultan en sistemas de pensamiento no explícitos para ofrecer indicaciones sobre lo que es necesario hacer en busca de lo que en Oriente se conoce como "la iluminación". Este estado trasciende el conocimiento intelectual; es un estado del ser que la Masonería puede facilitar con gran profundidad.
De hecho, se puede afirmar que la Masonería es la escuela occidental más completa en este ámbito, complementada por tradiciones como el hermetismo, Gnosis alejandrina, el Martinismo ruso ambeliano, la alquimia y ciertos aspectos del rosacrucismo. Todos estos elementos deben ser entendidos como herramientas de estudio que permiten profundizar en el objeto de análisis: la propia iluminación.
Nadie puede explicar lo que es un color si quien escucha no ha visto los colores; del mismo modo, no podemos explicar lo que es un sonido a quien nunca lo ha escuchado. Lo que queremos transmitir aquí es claro: no es posible entender la Masonería sin ser parte de ella, sin vivir sus premisas y enseñanzas, si bien, es posible imaginar su vivencia. Es fundamental abrir el entendimiento y desarrollar una sensibilidad especial. Aunque el fin último sea la emancipación individual, existe también un componente gratificante: la colectividad. Este aspecto permite elevar el nivel de motivación y disfrute por el trabajo masónico.